domingo, 10 de febrero de 2008

Mi Microrrelato

Las miniaventuras de Sherlock Holmes

Holmes sabe que fue una cucaracha que vive tras el zócalo la que arruinó su café con un escupitajo. ¡Su cabeza asoma ahora mismo por una oquedad, es el momento justo de atraparla!
La cucaracha, resignada, asume que en toda intriga hay un chivo expiatorio.
"Las miniaventuras de Sherlock Holmes" es mi modesto microrrelato que tuve, creo, la humildad de poner junto a uno de Gabriel García Márquez-el que está abajo- para que se haga patente lo fantástico de este subgénero y todo lo que se puede decir con tan pocas palabras. Hay libros de mil páginas que dicen menos.

Microrrelato

"...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida".

lunes, 4 de febrero de 2008

El hombre que fue Jueves

"El hombre que fue Jueves" me llamó la atención sin haber leído siquiera la primera frase de la obra. Creo que fue su título el que actuó como la hormona volátil de una araña que busca, encuentra y acerca al desorientado macho.
Su trama se metió en lo más hondo de mi, aceleró mi cansado corazón en un crepúsculo rojo y me recordó las aventuras del inquilino del 221B de Baker Street o las de su precedente aun más excéntrico de Edgar Allan Poe. Son fantásticas las discusiones filosóficas entre Gabriel Syme y Lucian Gregory con las que comienza el libro, a partir de las cuales transcurre el cómico mundo onírico que se forma en su cabeza "el poeta del orden". Su miedo irrefrenable a las desordenadas corrientes filosóficas libertarias lo introducen en lo más hondo de la boca del lobo, donde los límites morales se entremezclan en una difusa telaraña roja.
Chesterton alcanza en ésta obra una más que incierta ambigüidad que hace que horas después de haber terminado el libro aun estés digiriendo los múltiples matices que has encontrado,-aun hay más, seguro-en cada uno de los personajes, acontecimiento e imágenes que arroja el gordinflón católico-acólito subido a un elefante, sueño que pudo vivir el autor a través de su imagen literaria.

miércoles, 30 de enero de 2008

Ha llegado un extraterrestre

Ha llegado un extraterreste. Su nave ha aterrizado en algún recóndito lugar sólo conocido por un excéntrico cantante de los más oscuros garitos de Inglaterra. Llega, se baja y, proclama, profético, que la Tierra sucumbirá dentro de 5 años. Pero está sólo, nadie lo escucha, y quien lo escucha lo toma por un loco. Pero él es listo, los de su raza saben observar y sacar conclusiones fácilmente. Vagando a la luz violeta de la media luna por los bajos fondos de una sucia ciudad, con los sentidos alerta, indagando, ¿qué clase de gente es la de este lejano y alborotado planeta?, atisba en un rincón de un tugurio solitario a un individuo desgarbado que menea su cuerpo frenéticamente ante una multitud enfervorizada. Le hace gracia. Iggy Pop le hace gracia.

Al otro día, piensa. Se adelanta al tiempo y vislumbra, tras un biombo, un planeta acribillado por millones de meteoritos que caen como puntas de lanza de un cielo rojo y apocalíptico. La historia se repite. Su misión es avisar a los terrícolas, tiene que hacer llegar el mensaje a los ingenuos habitantes de esta región del universo, y que lo crean. Recuerda aquel rincón, aquella ventana en donde estaba Iggy Pop, y nace Ziggy Stardust.

¿Qué mejor manera de que se enteren las embotadas mentes de ésta gente que tener a una multitud a sus pies? El rock&roll es la solución. Ziggy encandila fácilmente a unos chiquillos en una encrucijada de Amsterdam que pasan a llamarse "Las arañas de Marte", y pronto surge un álbum conceptual directamente de las quimeras de Stardust, en el que habla de la apolíptica profecía,del amor en la Tierra, de su éxito y de las chicas que lo siguen a todas partes embaucadas por su sexualidad y su imagen andrógina. Sin embargo, el extraterrestre mesiánico sucumbe antes las drogas que aplastan el rock&roll y su banda no soporta más las incongruencias y las faltas de compromiso de Ziggy, por lo que se separan tras dejar tras de sí un legado indeleble. Stardust se convierte en el moderno Diógenes y olvida su misión en la tierra.



La vida es un cigarrillo,

hierro, ceniza y candela,

unos la fuman de prisa

y algunos la saborean.


Manuel Machado




viernes, 25 de enero de 2008

Cultura y escuela

"Odio la literatura, odio el cine, odio la música". Afortunadamente, éste no es mi caso, pero sí el de muchos otros adolescentes que encontraron en la escuela el germen de su aversión a la cultura en general. La escuela enerva los sentidos, alinea, y crea prejuicios.Cuando un funcionario, que no un maestro,-es verdad que gran parte de la culpa la tiene el gobierno y, en extensión, la sociedad- encargado, por ejemplo, de enseñar "Lengua y Literatura Española" en la escuela, ¿sabeis en qué se centra? Sí, es un funcionario, que no un maestro, por lo que sigue el estricto programa correspondiente a su asignatura. En secundaria, como en el bachillerato, dos etapas que hace poco superé estudiando, que no aprendiendo,-se puede estudiar y no aprender-la asignatura anteriormente citada consistía en analizar oraciones, frases, localizar adjetivos, adverbios y demás parafernalia lingüística, y ésto durante los tres trimestres de los que constaba el curso. La literatura, vocablo que aparece en el título de la materia, se recluía en un rincón oscuro y oscurantista, no solo por el tiempo que se le dedicaba, sino también por la manera cómo se le dedicaba ese tiempo. Cuando se hablaba de literatura en clase, se hacía para remarcar lo "más importante", lo que podía entrar en el examen, sobre todo en 2º de bachillerato, y lo que podía entrar en el examen no era otra cosa que fechas y generalidades del tipo de "los autores de la generación del 27 sienten admiración por el lenguaje poético de Góngora", sin haber leído los alumnos, claro, ni un sólo verso de Góngora. Ni que decir tiene que en la escuela es práctimente imposible un acercamiento a la literatura contemporánea, y que algunos autores siempre estarán vetados en ella, más por desconocimiento y prejuicios que por otra cosa, y con ésto me refiero a Charles Baudelaire, Charles Bukowski o a la generación beat.
En cuanto a la música, más de lo mismo. Parece como si la mayoría de ella hubiera sido encerrada en un baúl y la llave hubiera sido tirada al mar. En la escuela, música es Beethoveen, Mozart y canciones complejas del tipo "El tractor amarillo" o "Arre borriquito", mientras que Lou Reed, Iggy Pop, Bowie, los Rolling Stones o The Clash no es música, ni casi son personas. También es cierto que este arte tiene más difusión en los medios que la literatura, por eso es lógico que la mayoría de la gente no odie la música, sino tan sólo la música de la escuela, no así en el caso de la literatura. Y en cuanto al cine, qué decir, si su introducción en la escuela es nula.

(Mairena, en su clase de Retórica y Poética)
- Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba:
"Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rua".
El alumno escribe lo que se le dicta.
- Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe: "Lo que pasa en la calle".
Mairena.-No está mal.
Antonio Machado. Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. 1936.
Porque la cultura es de la gente, está en la calle y estamos en el siglo XXI.

jueves, 24 de enero de 2008

Tim Burton

Me acabo de enterar de que se estrena en España, en el mes de febrero, el último largometraje de Tim Burton, "Sweeney Todd, el demoníaco barbero de la calle Fleet", que trata sobre un satánico barbero que hace uso de su cuchilla de afeitar para vengarse de aquellos que lo metieron en la cárcel por un crimen que no cometió. Ahora me viene a la memoria aquel cortometraje, también del mismo director, en el que un niño de 7 años llamado Vincent Maloy sumerge al espectador en un mundo inventado por él mismo e influenciado por la obsesión desenfrenada que siente por Edgar Allan Poe y por Vincent Price. En el corto, que tiene algo de autobiográfico, pues de niño también Tim Burton admiraba a Vincet Price, se puede apreciar como la inventiva del pequeño crea un mundo paralelo al real, que es el que representa su madre, por encima de todo. En ese universo sombrío que proyecta su mente, Vincent vive con arañas y murciélagos y experimenta con sus mascotas, hasta que su madre, harta de ver a su hijo en un cuento de terror, lo asalta y lo devuelve a la realidad. Sin embargo la perturbación del pequeño va en aumento y sus ideas fantasmales sobrevienen al fin, como una enfermedad, sobre su razón, haciéndole caer para siempre en las fauces de la locura de su imaginación. Éste corto, que no ha caído en el olvido en mi memoria, a pesar de que pensaba que sí, me hace morirme de ganas de ver la última de este fantástico director para ver qué universo ha creado ésta vez a partir de esa mente tan semejante a la de Vincent Maloy.
Seguramente iré al estreno, así que a mediados de febrero espero tener una entrada comentando la película. Además, si tengo tiempo y ganas a ver si hago referencia, a partir de la última, a los anteriores films de este magnífico cineasta, como "Pesadilla antes de navidad" o "Sleepy Hollow", que tienen su aquel y dan para mucho.

¿Qué es esto?

Hola. Hoy me he encontrado por casualidad con un blog muy interesante por internet, un blog de un periodista llamado Sergio del Molino, y me han entrado ganas de escribir uno, sin pretensiones. Al escribir, sólo deseo que un hombre, y no un chaval, dentro de muchos años, pueda mirar atrás y decir: "¡Joder, pero qué gilipollas era!", o más bien, ¡Joder, con los años me he vuelto gilipollas!, o cosas por el estilo. "Contra mi mismo" será, pongamos por caso, una obra de teatro con cada uno de sus actos y con cada una de sus escenas, un "lugar para contemplar", espero que no sólo por mi, para que un anciano decrépito y enfadado a partes iguales sepa que hubo un tiempo en que fue joven, y qué joven, que yo aun no lo se.


LÍMITES

Jorge Luis Borges

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.

Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,

hay un espejo que me ha visto por última vez,

hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.

Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)

hay alguno que ya nunca abriré.

Este verano cumpliré cincuenta años;

la muerte me desgasta, incesante.


Como Jorge Luis Borges, habrá algún día que mi memoria, desgastada y frágil, ya no soporte el peso de los años y de los acontecimientos y sucumba ante el olvido blanco impoluto, que no ceja y mata. Por eso, ésta siempre será una ventana abierta a los recuerdos, a la nostalgia, a la melancolía juvenil, a la alegría, a la fatalidad y a la eternidad.Y en la primera entrada de éste blog quiero que se sepa de qué forma fui a parar al blog de Sergio del Molino, que fue el antecedente último para crear éste, siendo el primero un personaje estrambótico, lisiado, vagabundo y punk, un "mito de los 80", en palabras del bloguero, que apareció fugazmente en los telediarios hace ahora tres días como icono de una generación. La imagen de ese hombre, muleta en ristre, destrozando el letrero de la estación de metro Banco de España en una manifestación estudiantil me impresionó, o más bien, la impresión me hizo gracia,-él, o su vida, no- sobre todo cuando, ávido de información, me vine a internet a buscarla y supe que ni siquiera era estudiante. Sin embargo, lo que había leído sobre "el Cojo Manteca", ese era su sobrenombre, tampoco me satisfacía; yo quería alguna opinión crítica sobre él y lo que significó, y en extensión, sobre su generación, con lo que me puse a buscar y me encontré con una entrada en google, la cuarta que vi y en la primera que entré, y ahí estaba, la envidia que fue el germen de éste blog.